Mares de tinta.

Una poética inversión de los colores eleva en este cuadro abstracto el mar a la superficie de un cielo donde las formas se proponen a que el espectador vea en ellas movimientos de peces y corales, mientras en la parte inferior del cuadro la profundidad aleja la mirada y la paleta se colorea con los colores de la oscuridad. Es una tela que trabaja el óleo con la espátula que es la encargada de ir descubriendo los colores desde un fondo hacia una superficie. La luz se intensifica en los amarillos de la mitad inferior y se va propagando hacia el cielo con serenidad. Predomina el movimiento de las formas.